El departamento del Atlántico continúa consolidando su compromiso con la conservación ambiental a través del manejo y protección de más de 7.000 hectáreas de bosque seco tropical, un ecosistema altamente amenazado y vital para la biodiversidad del Caribe colombiano.
Así lo confirmó Joe García, biólogo, asesor de la CRA y coordinador de áreas protegidas, quien recordó que hasta hace poco más de una década el Atlántico era el único departamento del país sin áreas protegidas oficialmente declaradas.
«Desde el año 2010, la Corporación inició este camino con la primera área declarada en Usiacurí, el Distrito Regional de Manejo Integrado Luriza. Hoy contamos con cinco áreas protegidas que suman 7.064 hectáreas», explicó García.
Estas zonas representan aproximadamente el 4,8% de los ecosistemas de bosque seco tropical que existen en el departamento, y su protección busca frenar amenazas como la deforestación, la expansión urbana no planificada y la pérdida de biodiversidad.
Entre las especies emblemáticas que se conservan está el mono tití cabeciblanco, endémico y en peligro crítico de extinción.
García también resaltó la importancia de la participación comunitaria en cada etapa del proceso:
“Cuando iniciamos una declaratoria, las comunidades y los entes territoriales participan activamente en la construcción del Plan de Manejo. Es con ellos que definimos las estrategias de conservación”.
Uno de los casos más exitosos es precisamente Luriza, ubicada en el municipio de Usiacurí, que con sus 837 hectáreas se ha convertido en un referente regional de conservación y ecoturismo.
“Luriza es una de nuestras áreas mejor evaluadas en efectividad de manejo. Allí desarrollamos acciones de restauración y también un plan de ordenamiento ecoturístico para que las comunidades se beneficien de forma sostenible”, comentó el biólogo.
De hecho, un llamado especial hizo el funcionario a quienes deseen desconectarse de la rutina:
“Si quiere conocer un lugar extraordinario, vaya a Luriza. A solo 10 minutos de Usiacurí, con senderos señalizados, paisajes hermosos y guías comunitarios que lo conectan con la naturaleza”.
Con estas acciones, la CRA avanza en el cumplimiento de las metas ambientales nacionales y en la consolidación de un modelo de desarrollo sostenible, en el que la conservación del patrimonio natural y el bienestar de las comunidades van de la mano.










