Con una calle de honor, aplausos y el inconfundible ritmo de la clave, Barranquilla despidió a Edwin ‘Guayacán’ Madera, mánager general de la Organización Musical La Troja, fallecido el lunes y sepultado este martes en el cementerio Jardines de la Eternidad, sede norte.
La tristeza marcó el ambiente entre los cientos de asistentes que acudieron a darle el último adiós a quien convirtió a La Troja en un verdadero templo de la salsa en la Arenosa, elevándola al rango de patrimonio cultural y musical de la ciudad.
Previo a la homilía, familiares, amigos, clientes y músicos recordaron su legado, su carisma y su amor por la salsa. Entre ellos, su hija Anamilé Madera, Robinson Albor, Rey Momo del Carnaval 2000, Ray Olán, pianista y arreglista neoyorquino; el cantante Fausto Chatela, el director y vocalista Gilmar Silguero Linero, Nelson Fontalvo y Yeison Cárdenas, conocido como ‘El Cardenal de la Salsa’.
“Edwin fue un visionario que logró que La Troja trascendiera fronteras y se convirtiera en punto de encuentro de todos los barranquilleros. Allí no hay distinciones de edad, género o clase social; todos son iguales bajo el mismo compás de la salsa”, expresaron algunos de los asistentes.
El homenaje tuvo un momento especialmente emotivo cuando su hijo Billie Jean Madera García leyó un poema dedicado a su padre, resaltando su legado humano y musical.
Durante la ceremonia, se anunció una importante decisión de la Alcaldía Distrital de Barranquilla: el 27 de octubre será declarado oficialmente el Día de la Salsa en Barranquilla, en honor a la memoria y contribución cultural de Edwin ‘Guayacán’ Madera.
El cortejo fúnebre avanzó entre aplausos y acordes salseros hasta su última morada, donde los presentes lo despidieron como a los grandes —con música, ritmo y emoción—, celebrando la vida de quien hizo de Barranquilla una ciudad que también se reconoce por su sabor salsero.







