El presidente Gustavo Petro cuestionó este miércoles la estrategia militar de Estados Unidos contra el narcotráfico, tras los recientes bombardeos a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico. En su intervención, aseguró que “la lucha contra las drogas no se gana con misiles”, y reiteró que el problema tiene causas estructurales que no se resuelven con ataques armados.
Las declaraciones se dieron durante el acto de conmemoración de los nueve años de la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las extintas FARC.
Críticas a la campaña militar de Estados Unidos
Estados Unidos adelanta desde agosto una ofensiva en aguas del mar Caribe, ampliada luego al Pacífico, en la que ha bombardeado lanchas civiles presuntamente vinculadas con el narcotráfico. La operación deja más de 80 muertos y ha generado preocupación internacional por el uso de misiles contra embarcaciones de pequeño calado.
Ante esto, Petro lanzó una pregunta directa:
“¿Tirar misiles es suficiente? ¿O lo suficiente es que estas personas progresen lícitamente? No se necesitan misiles”.
“El origen del narcotráfico es pobreza y abandono estatal”
El mandatario afirmó que las operaciones militares pasan por alto que el fenómeno del narcotráfico nace en territorios marcados por la exclusión.
Sostuvo que existe “una correlación estrecha entre hoja de coca, pobreza y exclusión”, y señaló regiones como el sur de Nariño, el litoral Pacífico, el Catatumbo y el Putumayo como ejemplos de abandono histórico.
Según Petro, estas zonas concentran economías ilícitas, violencia y una profunda ausencia estatal que alimenta el reclutamiento y la expansión de grupos dedicados al narcotráfico.
Mutación del negocio ilícito y estancamiento de la reforma agraria
El presidente también aseguró que, tras la caída de los grandes carteles, el narcotráfico mutó hacia la compra violenta de tierras como forma de lavado de activos.
Este fenómeno, dijo, ha generado desplazamientos masivos y ha frenado el avance de la reforma agraria, que en el acuerdo de paz fijó la meta de entregar tres millones de hectáreas fértiles a campesinos.
“Las tierras deben dejar de ser improductivas en manos de hacendados que lavan dólares del narcotráfico y pasar a manos de campesinos”, concluyó.







