La Dirección de Arte y Cultura –Cayena– de la Universidad del Norte, en alianza con La Orilla Studio, la Oficina de Arquitectura y Urbanismo (OAU) y Asoplaya, ganó el concurso ‘Construir Escuelas___Espacios Públicos’ de La Escuela, plataforma de aprendizaje en espacios públicos, que exploró a través de 200 proyectos inscritos la relación arte-arquitectura-educación y diferentes formas de hacer escuelas desde la interacción creativa con entornos locales.
El jurado, compuesto por arquitectos urbanistas e investigadores, dio como ganador el proyecto CUNA: Escuela porosa de construcción de paisaje, que se desarrollará en el corregimiento La Playa, a orillas de la Ciénaga de Mallorquín. Se trata de una incubadora de mangle, donde continuamente plántulas de las especies de esta vegetación nativa serán llevadas a su máximo potencial por las manos de cuidadores locales y ciudadanos curiosos por aprender más sobre el territorio.
«Ganar el concurso es un espaldarazo que valida mucho los procesos que desde Cayena venimos persiguiendo en estos últimos años: ser una plataforma, unos facilitadores y catalizadores de ideas y proyectos que nazcan desde el Caribe, con su espíritu intacto, con su afán local y propio, pero en diálogo con conversaciones más amplias e internacionales», afirma Toni Celia, director de Cayena.
El proyecto propone un espacio abierto dirigido al aprendizaje de la siembra de mangle en la Ciénaga de Mallorquín. La estructura se plantea, en su mayoría, en madera amargo, excepto las tejas y la cimentación en concreto necesaria para levantar la pieza y protegerla del nivel del agua.
El diseño de CUNA surgió de la idea de construir un gran contenedor donde pueda germinar el mangle de manera visible. La estructura de la edificación, con su fachada de repisas laterales y su mobiliario interior pedagógico, funcionaría como espacio de exhibición y conversación acerca de los diferentes tipos de mangle y sus distintas etapas de crecimiento.
«Esperamos que tenga un impacto que esté alineado con nuestras metas como Dirección: promover el pensamiento crítico, el cuestionamiento, la innovación artística, cultural y académica y el fortalecimiento de la identidad a través del sentido de pertenencia. Ya empezamos el levantamiento y la idea es que esté lista para finales de septiembre», explica Celia.
De acuerdo con el estudio detrás del proyecto, desde hace algunas décadas la comunidad de La Playa se ha venido organizando en diferentes asociaciones, dentro de las cuales sobresale Asoplaya por su compromiso para la preservación del entorno natural. A partir del turismo ecológico se ha generado una nueva tendencia en la zona, la cual se inclina por generar un turismo de naturaleza y cultura, midiendo las necesidades del ecosistema del lugar.
«La sostenibilidad de un espacio se garantiza cuando le damos las herramientas adecuadas a la comunidad para que se apropien de este y puedan verlo como un activo para desarrollar sus propios proyectos. Nosotros garantizamos un acompañamiento al proyecto y planeamos ver ese espacio como un satélite para, además, desarrollar eventos, talleres y demás. La clave es que se mantenga activo», concluye el director.
