La dirigente opositora venezolana María Corina Machado dedicó este miércoles el Premio Nobel de la Paz a todo el pueblo de Venezuela y a los “héroes” que, según dijo, han arriesgado su vida por la libertad. El reconocimiento fue recibido en Oslo por su hija, Ana Corina Sosa, debido a que la política continúa en la clandestinidad, aunque el Instituto Nobel confirmó que Machado llegará a la capital noruega en las próximas horas.
Sosa ocupó la silla destinada a su madre y sostuvo una fotografía de la opositora mientras transmitía su mensaje. “En solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”, afirmó al recoger el galardón, que dedicó también a presos políticos, perseguidos y familias afectadas por la represión. La hija de Machado aseguró que su intención es regresar “muy pronto” a Venezuela.
En su intervención, la líder opositora repasó la historia reciente del país y denunció que la democracia venezolana fue “desmantelada” desde 1999 mediante persecución, manipulación electoral y el uso de los recursos petroleros para “comprar lealtades” en el exterior. También calificó como una “herida abierta” el éxodo de millones de ciudadanos y acusó al Gobierno de buscar dividir a la población y quebrar el espíritu de la disidencia.
Machado señaló que, pese a tres décadas de intentos fallidos, la oposición encontró un punto de inflexión al organizar elecciones primarias, recorrer el país y unificarse antes de las presidenciales de 2024. Aunque fue inhabilitada para competir, destacó la labor de miles de voluntarios que, según aseguró, digitalizaron las actas que dieron la victoria al candidato opositor Edmundo González con el 67 % de los votos. También denunció que tras los comicios “la dictadura respondió aplicando el terror”, con miles de detenciones y desapariciones.
La opositora afirmó que su tiempo en la clandestinidad ha servido para preparar “una transición ordenada hacia la democracia” y expresó confianza en que “millones de venezolanos ya sienten cercana su libertad”. La ceremonia, presidida por los reyes Harald y Sonia de Noruega, contó con la presencia de los presidentes de Panamá, Argentina y Paraguay, además de presentaciones de los artistas venezolanos Danny Ocean y Gabriela Montero.